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| Fotografía: Pexels |
Para los que nos dedicamos al sector de los gimnasios, es el mes más importante del año, en cuanto a la captación de todas estas personas que, movidas por el inicio de una nueva temporada, vienen a los centros deportivos con el deseo de iniciar un nuevo camino; y es ahí donde, en mi opinión, debemos poner el foco. En el nuevo camino, en construir un proceso que realmente lleve a las personas de un estado inicial que tenemos que identificar con ellos, a un estado deseado o final, a través de una serie de hitos, etapas o fases con una serie de herramientas y recursos, para que este recorrido sea motivante y culmine con éxito.
También es muy conocido que, la tasa de abandono de muchas de estas personas, que inician nuevas actividades en septiembre, es elevada y rápida. Es decir, no consiguen incorporarlas a su rutina o hábito diario. ¿Realmente nos preguntamos por qué se da esta circunstancia?
Ayer escuchaba a una de las personas que me inspiran, Ruben Turienzo que, hablando de este tema, distinguía entre marcarse objetivos que impacten en tu rutina frente a plantearse objetivos que impacten en tu vida. La primera, que es la que utiliza la mayoría de la gente, se convierte en una lucha interna y constante consigo mismo, por ese intento de cambiar el status quo personal y es la que más fácilmente nos damos el permiso para abandonar. La segunda, la que yo también recomiendo, tiene más que ver con la visión a largo plazo, con el deseo de conseguir una transformación o un objetivo de mayor envergadura que implique diseñar un camino hacia atrás desde ese punto final deseado, creando hitos y objetivos más "digeribles" en el corto plazo, que permitan avances que se vayan consolidando. Ese proceso de mejora debe garantizar la continuidad en el camino de transformación vital elegido.
De esta reflexión, se deduce claramente, que algunas de las claves para persistir en tu propósito y no abandonar, pasa por la correcta definición y descripción del mismo, de sus metas para conseguirlo, así como una correcta planificación del camino.
Para ello, muchas de las personas, entre las que me incluyo, acudimos a mentores y profesionales, con el objetivo que nos ayuden y guíen en este proceso, que nos anticipen lo que vamos a ir experimentando, que nos apoyen cuando pasemos por momentos complejos, que recorran el camino junto a nosotros para poder ir ajustando y adaptando, y para que sean las personas con las que podamos compartir la alegría cuando obtengamos el resultado.
Llegados a este punto, y focalizando en nuestro sector, quizás la pregunta a hacer a estos clientes que se incorporan nuevos a los gimnasios en estas fechas en busca de esa ayuda profesional, no debería ser ¿Qué objetivo tienes? pues su respuesta estará muy relacionada con la rutina, sino ¿para qué quieres inscribirte? que nos dará una respuesta más relacionada con su objetivo vital, su propósito.
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Como es costumbre, finaliza este post con una canción relacionada con el contenido que, me sirve de inspiración. En este caso, Como el viento de De Pedro, al que pude ver hace unos días en directo, en el primer concierto en vivo al que he asistido tras la pandemia
"Basta tu aliento, para que me sienta como el viento"
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