El papel del líder

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Como continuación al anterior post "Inspira e implica a tu equipo", me detengo ahora en el papel del líder, del entrenador, de la persona que debe tratar de obtener el máximo potencial de las personas con las que comparte proyecto. 

El paso previo a implicar a tu equipo, es ser capaz de ser una persona inspiradora y para ello es muy necesario el autoconocimiento. Para liderar a otros, primero hay que auto liderarse. Este proceso comienza por conocerse a si mismo y aceptarse, y para ello es imprescindible pasar tiempo consigo mismo, reflexionando, haciéndote preguntas, visualizando y empoderándote. Auto liderarse, también implica ser capaz de gestionar tus propias emociones pues la toma de decisiones está muy basada en el estado emocional en el que uno se encuentre. 

Para inspirar e implicar debes proyectar una actitud positiva de líder hacia un bien común, y también pasión y mucha inteligencia emocional. Para ello se precisa:

 

  • Tener conocimiento sobre el área de trabajo. 
  • Utilizar la experiencia pasada como aprendizaje para los próximos retos.
  • Tener interés real y manifiesto por las personas
  • Haber desarrollado ciertas habilidades, especialmente las relacionadas con la comunicación efectiva
  • Ser paciente ante las reacciones de los otros.
  • Mostrar empatía, y entendimiento
  • Tolerar el error al que se debe otorgar la gran importancia que tiene como factor de aprendizaje.
  • Tratar la individualidad y las relaciones con los miembros del grupo
  • Ser respetuosos con la diversidad de los diferentes comportamientos.
  • Manejar el sentido del humor.

Además, existen una serie de competencias que un buen líder debe manejar. 

Entre ellas y tomando como referencia algunos textos de Jose Manuel Casado, tenemos:

  •  La escucha activa, aunque no sólo se trata de escuchar en silencio, sino dirigir la conversación de una forma que incluso hablando estés escuchando, sintiendo lo que se está aportando.
  •  Las preguntas abiertas. Los mejores coach o mentores, son especialistas en hacer las preguntas efectivas para obtener la información clave y provocar la autorreflexión de la persona con la que trabajan. Es una competencia clave y se precisa un gran entrenamiento para mejorar esta destreza.
  • Generar confianza. La base de toda relación es la confianza, para ello la empatía, la experiencia, la confidencialidad y la honestidad se hacen muy necesarias.
  • Saber reconocer el esfuerzo y la dedicación de manera sincera, y potenciar los buenos resultados como base de la confianza.
  • No juzgar. Para ello es muy importante aprender a controlar las emociones.
  • Ser prudente pero no por ello, no dejar de proponer retos motivantes.
  • Ser capaz de transmitir y transferir a cada uno lo que necesite.
  • Tener una gran capacidad de adaptación y anticipación.
  • Saber definir normas y reglas de funcionamiento de los grupos de trabajo y las  sesiones de una manera consensuada y participativa
  • Ser capaz de motivar desde la oportunidad, aunque también desde el aprendizaje de los errores y experiencias pasadas.
  • Tener la habilidad para observar todos los puntos desde un plano superior, general.

 Inspirar desde la honestidad, la confianza, el compromiso y la sinceridad, harán que la implicación de los equipos hacia un propósito común sea posible, y especialmente en situaciones complejas, volátiles, de muchísima incertidumbre y dura competencia como las que vivimos en estos momentos. 

Termino el post con esta canción de Izal y De Pedro "Vencedores Invisibles"












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